Hazlo y, si tienes miedo, hazlo con miedo.

Hazlo y, si tienes miedo, hazlo con miedo.

Tiempos raros por los que estamos pasando.
Tiempos diferentes a los que nos enfrentamos.
Y tu cabeza ahí, a su rollo.
Y tu corazón ahí, dando tumbos emocionales de aquí para allá.

¿Cómo estáis?

Llevamos ya 10 días en estado de cuarentena y, os confesamos, hoy ha sido el primero en el que realmente nos hemos vuelto a organizar.

Hemos hecho como la mayoría: hemos ordenado, hemos limpiado, hemos reído, hemos llorado, hemos hecho vídeoconferencias, hemos aplaudido, hemos puesto música, hemos leído, hemos bailado y, lo más importante de todo, hemos pensado y nos hemos encontrado con nosotros mismos.

¿Y a vosotros, qué tal os fue?

Sorprendentemente, a nosotros de maravilla.
Una vez que pasas del escepticismo a la rabia y sobrevuelas el miedo al incierto futuro, tomamos la decisión de seguir… con miedo.
Tener miedo es de valientes, no tenerlo sería temerario.
Nos hemos puesto en casi todos los escenarios que hemo podido imaginar, a lo samurai, (os recomendamos la lectura de “El Arte de la Guerra”, de Sun Tzu) y ¿sabéis?, la mente humana siempre supera la realidad.

Seguro que os ha ocurrido alguna vez, cuando tuvisteis un problema.
Sufristeis pensando en lo que podía pasar y perdonarnos, pero la mayoría de las veces, si no todas, la realidad fue más sencilla. Esa ha sido siempre nuestra experiencia.
Y si alguno de esos escenarios se llega a hacer realidad, si pensáis en todas las posibilidades, opciones y sucesos que os pueden ocurrir, como ya lo habréis visto, como ya habremos valorado todas las variables, lo resolveremos mejor.

Personalmente nosotros al ser creativos tendemos a imaginar fácilmente, y ese cerebro hay que aprender a controlarlo.
Si esa misma energía la cambiamos por pensamientos futuristas positivos y lo entrenamos y acostumbramos a visualizar y desarrollar soluciones, a ver las distintas posibilidades, el resultado es absolutamente distinto.

Podríamos entrar en que somos lo que pensamos y que recibimos lo que vibramos, pero eso lo dejaremos para otra ocasión. ¿Os parece?

Ahora mismo toca pensar en el futuro y para eso se necesita tiempo, vaya! Justo de eso ahora mismo es lo de lo que más tenemos.

Entonces tras el lógico shock que todos en mayor o menor grado hemos o estamos pasando, toca remontar y hacer.
De normal vivimos sin prestar atención al tiempo, eso que ahora mismo tenemos.
Vivimos pensando en el futuro y a veces anclados en el pasado y eso, no nos deja ver el presente.
De pronto, en situaciones como la que estamos viviendo, te asombras de lo más simple, estás más atenta a los sentimientos, a tu vecindario, al rayo de sol que entra por tu ventana y descubres incluso, la humanidad.
Te das cuenta de absurdas preocupaciones y de que todo lo que tenías planificado, todo eso que según tú, te iba a proporcionar llegar a la felicidad, pufff… Se ha esfumado.

La felicidad es el instante, el momento, el aquí, el ahora, el contigo mismo, el saber disfrutar de lo que haces, el estar agradecido, el adaptarte, superarse, vivir.
Y si, en ocasiones aparece el miedo, esa vocecita que te dice que no vas poder, que no eres digno, que vas a hacer el ridículo, que vas a fracasar, que te vas a arruinar, que no tienes suficiente dinero, altura, belleza y un sinfín de cosas más que llegas a creerte y sabes, la mayoría de ellas nunca son ni ocurrirán porque solo tu vocecita es la que piensa así, la que te boicotea.

Hemos olvidado escuchar y guiarnos por el corazón, la pasión y los sentimientos.

Probarlo, ¿Lo escucháis?

Hay que aparcar ese “otro” personaje que nos habla de esa manera, acostumbrarnos a hablarnos con amor, como cuando le hablamos a nuestros hijos, amigos, tratarnos bien.
¿Qué les dirías a ellos? Escúchate y vibra. Vibra bien y adelante.
Dejemos que hable nuestro corazón, soñemos con el presente y mejoremos esta realidad.

Usemos el tiempo para organizar una nueva vida, recuperar o mejorar la que teníamos porque sinceramente, esto es como un inesperado tsunami y toca reconstruir.
Una vez aceptado, hay que seguir, creciendo o reconstruyendo.

Y sabes, nos tenemos ahí al lado.

Hazlo y, si tienes miedo, hazlo con miedo.

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