Volver

3.270 km he invertido en mí estos últimos días, conduciendo, de aquí para allá y, ya estoy aquí, vuelvo.

Me gusta conducir, es algo que digo mucho, disfrutar del camino junto a buena música, observando los paisajes y dejando volar la mente, me libera.
Así que, una de mis mejores amigas y Huelva me recibía con los brazos abiertos.
Cádiz más las playas del Algarve, me adoptaron también por unos días, maravilla.

Ocho días de desconexión, cambio de hábitos y rutinas. Los tres primeros tuvieron que pasar para que mi cara se empezara a relajar. Salir de la zona de confort, compartir, convivir, fluir, dejar ir, reír, soltar, llorar, comer, beber, volver a reír, admirar unas maravillosas puestas de sol, volver a llorar, volver a soltar y sobre todo, soñar.

La cura para todo es el agua salada, sudor, lágrimas y el mar, mi amado mar.
Esto mismo plasmé en el cuadro que lleve hasta allí, agradeciendo la acogida. Sudar, que os voy a contar, llorar y desahogar,  y el mar, admirarlo, flotar y relajar.

Vuelvo cicatrizando, decir que mi herida ya está curada sería osadía, pero sí encaminada.
Y digo herida, como cualquiera, por nada especial, la vida.

Largos paseos, mucho sol, buenos amigos, buena comida, largas conversaciones, descanso, relax y auto amor. Recarga de energía y risas, muchas risas. No hay que aguantar tanto para parar de vez en cuando.

Carretera y manta, querida mía, me decía a mí misma.
Marchémonos a otro lugar, como dice la canción.
Retoma tu orden, tu vida, fluye, reorganiza, prioriza, despeja la mente y lo mejor, lejos de tu entorno natural para no dejarte influenciar.

Parar y pensar, qué quieres y sobre todo, para qué lo quieres, qué es lo que te mueve… visualizar objetivos y preguntarte una vez poniéndote ahí, y ahora, qué? Y sobre todo, para qué?
Visualízate contestando, ahí están las respuestas.

Toca volver, más plena, relajada, enfocada, viva, con luz de nuevo en la piel y en la mirada, otra vez. Agradecida de lo que está, de lo que es, de lo que será. Diseñando de nuevo la vida que quiero tener, lo que quiero ser y ofrecer, ser.

Encantada de teneros, de inspiraros y ayudaros a plasmar esos sueños que, por cierto, yo también tengo y los vivo. Poesia en Piedra es mi proyecto de vida que, junto a vosotros, me hace soñar.

Eso sí, de vez en cuando hay que parar, observar, y reflexionar. 
La vida es bella, también puñetera y lo mejor de todo es darse cuenta y caer en que cada instante, el contador se puede poner a cero y tenemos una nueva oportunidad de cambiar, de empezar, de girar esos 180 grados que nos lleve o vaya acercando, a donde narices queramos estar y perseverar que por cierto, me lo he tatuado este verano por mi cumpleaños, porque es algo que me caracteriza y no quería olvidar, en esos momentos de ralladura por los que todos podemos pasar.

Tras la pausa, retomo objetivos, sueños y vuelvo a fluir, me dejo llevar y se que tarde o temprano, volveré a mi amado mar, a disfrutar y si hace falta, a curar.
Gracias Andalucia!
Gracias amiga, tú sabes…

Mañana arranco, que ganas os tengo.

Feliz de volver.

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